Para quien no conozca a Hans Fex os diré que estamos hablando de un creador con tres campañas de éxito en Kickstarter. La última estrenada hace unos días roza ya los 800.000 euros recaudados. Pero ¿qué hace Hans Fex? Pues museos que caben en la palma de tu mano.
Es sorprendente pero cierto, la tecnología de Mini Museum permite almacenar piezas de coleccionismo en miniatura. ¡Vamos a verlo!
¿Qué es un Mini Museum?
Una de las particularidades de esta tercera campaña es que Hans Fex explica el origen de su idea con mucho detalle. Su padre, el doctor Jörgen Fex ya le inculcó la pasión por el coleccionismo. Con un material acrílico y tecnología patentada, Hans se lanzó a por la primera versión de este museo en miniatura a principios del año 2014.
Las ediciones segunda y tercera se lanzaron en los años 2015 y 2017 respectivamente. La última es la protagonista de la noticia de esta semana. Incluye desde un cuello alto de un jersey de Steve Jobs hasta un fragmento de diente de megalodón. Todas piezas originales adquiridas por Fex y fragmentadas para poder realizar estas piezas de mini museo con material acrílico.
A la tercera… ¿va la que más recauda?
Como ya hablamos en el artículo dedicado a Hans Fex como creador reincidente, es decir con más de una campaña, siempre ha tenido éxito. En su primera campaña recaudó 1.226.811 dólares y en la segunda 1.068.328 dólares. Habrá que ver qué ocurre en esta tercera. ¿Recaudará más o menos que en las anteriores?
Esta pregunta es importante para determinar si la comunidad alrededor de Mini Museum crece o no. ¿Estará el afán de coleccionismo haciendo que los presumidores de un Mini Museum quieran el siguiente? O por el contrario, ¿se estará reduciendo la comunidad por la menor innovación de las nuevas generaciones de este museo en miniatura?
Por lo pronto parece que la campaña recauda cada día bastante menos. Empezó con más de 620.000 dólares recaudados en 24 horas, de un objetivo de 200.000 dólares. Así que tuvo un efecto BIG-BANG cumpliendo en 24 horas las reglas 30-90-100 y del poder del 100. Pero la cuestión es que se ha reducido mucho la recaudación en los siguientes días, siendo la recaudación de ayer de 60.000 dólares.
Así que todo parece indicar que la comunidad de usuarios de los anteriores Mini Museum han dado apoyo sin dudarlo pero ahora falta que se trascienda ese círculo. Una buena estrategia hubiese sido motivar a los primeros mecenas con objetivos ampliados. ¿Qué hubiese pasado si parte de los especímenes de este tercer museo sólo se hubiesen incluido llegando a cierta cantidad de recaudación? O incluso mejor, a cierto número de mecenas. Seguramente la caída en recaudación diaria hubiese sido menor que la observada.
Las piezas de coleccionismo y el equipo
Si tengo que destacar algo de esta noticia es la maravillosa naturaleza de este proyecto. Lleva vivo desde el 2014 cuando nació con su primer éxito en Kickstarter. El crowdfunding ha sido la herramienta para hacer realidad estos museos en miniatura. Museos que ahora están por todo el mundo con piezas tan exclusivas como estas.
Una pelota de fútbol original de Pelé adquirida en una subasta en Londres. En la campaña se explica la historia de los primeros años de uno de los mejores futbolistas. Y como tras retirarse viajó por todo el mundo inspirando a las futuras generaciones.
Este suéter de cuello alto propiedad de Steve Jobs fue unos de los primeros que acuñó su particular estilo de vestir. Adquirido también en subasta en esta tercera edición del Mini Museum podemos poseer un fragmento de esta pieza de ropa mítica.
Y no puedo acabar el repaso a esta noticia sin hablar del equipo detrás de Mini Museum. Ya no sólo es Hans sino que se le han sumado Max, Jin, Willie, Andrea, Grant, Jamie, Bill y Stephanie. Un total de 9 personas trabajan para adquirir estas piezas y fragmentarlas para crear los ya más de 10.800 museos en miniatura apoyados vía crowdfunding.
Conclusiones
Casos como el que hemos visto en la noticia de hoy son muestra de que el crowdfunding está aquí para quedarse. Cuando hay creadores que acuden al crowdfunding como estrategia a medio y largo plazo nos muestran su verdadera relevancia. No se usa para pedir dinero, más bien para crear colectivamente.
Para crear una comunidad de usuarios o personas alrededor de un producto. Y sobretodo para crear con el apoyo de muchas personas, compartiendo recursos no sólo económicos. Las personas pueden participar comunicando o incluso decidiendo cómo serán los productos, servicios y experiencias del futuro. ¿Te apuntas?
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