Se ha escrito mucho sobre lo que es ser emprendedor, ser capaz de detectar oportunidades, de darle forma a una idea, de ejecutar un plan de acción, de rodearse de un buen equipo… Pero a menudo se deja de lado una característica determinante que debe presentar todo emprendedor, la capacidad de asumir riesgo.
Y ojo que no estoy hablando de arriesgar por arriesgar, o de asumir grandes riesgos, hablo incluso de aquellas pequeñas acciones arriesgadas como cambiar de ciudad o de rutina diaria.
La adversidad al riesgo es humana y sana ya que vela por la salud de quienes la practican. Pues bien, el que es emprendedor tiene la capacidad de asumir cierto nivel de riesgo. Y en ese hecho está la clave que determina si una persona es capaz de llevar adelante una idea. Dejar el trabajo (no que te despidan), apostar por un proyecto sin pedir un sueldo a cambio, arriesgar un pequeño capital, o por ejemplo priorizar y hacer entender a tus amigos, familiares, o pareja, que para tí es más importante pagar un servidor que que te sirvan una buena cena en un restaurante.
Así pues, si tu nombre es GO! (ries-go) es que vas por buen camino. Ponte a prueba, dile a tu jefe lo que piensas, cambia de trayecto al ir a trabajar, dile que no a ese conocido que te persigue para quedar, y cuando veas que no te molesta, incluso que te gusta, sabrás que vas por buen camino. Sabrás que tu nombre no es Carmen, Sara, o Toni, sabrás que tu nombre es GO!
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