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Bienvenidos y bienvenidas a Lanza tu proyecto, el podcast donde aprendemos todo lo necesario para lanzar nuestros proyectos. Desde herramientas de marketing a diferentes estrategias de negocio.
En este episodio hablamos de salud en el trabajo al lanzar proyectos, salud mental y física, que son ambas importantes. La cita romana, que no griega, mens sana in corpore sano, nos anima a perseguir un doble objetivo, el de cultivar el cuerpo y la mente de forma equilibrada. Es decir, buscar la salud en el cuerpo y la mente. Algo que, por descontado, debemos perseguir durante nuestras jornadas de trabajo. Cuando lanzamos proyectos nos solemos exigir mucho, y eso puede repercutir negativamente en nuestra salud mental y física. Hoy vamos a ver cómo evitarlo.
Cuando montamos Projeggt, la que fue la cuarta plataforma de crowdfunding en nacer en España, hicimos muchas locuras. La mayor de ellas fue dormir poco durante una de las últimas actualizaciones fuertes de la plataforma. Una mejora integral de las herramientas que ofrecíamos que nos llevó a no dormir durante la noche anterior al estreno de la nueva plataforma. Incluso compartimos una Monster entre los 3 socios que estábamos trabajando en el proyecto. Mi primera, y última, Monster de mi vida. Madre mía, tomo café pero eso de la Monster está a otro nivel. A lo que vamos, que ese tipo de locuras ahora, a mis 46 años, ya ni se me ocurriría hacerlas.
El peligro de la meritocracia para la salud en el trabajo
Levántate a las 5:00 de la mañana, haz 10 kilómetros y 30 dominadas, contesta mails mientras el resto del mundo duerme, y no pares hasta las 20:00 horas de la noche. ¿Os suena? La frase de que quien quiere puede es una falacia, como también lo es que levantándote más pronto serás más productivo. Eso sólo te quitará salud en el trabajo, como veremos.
El éxito depende de muchos factores, y muchos de ellos no son controlables. Lo que sí es una verdad como un templo es que durmiendo poco la productividad se va al garete y tu salud mental y física también. Se acaba tu salud en el trabajo. Así que exigirse a este nivel seguro que te lleva a perder la salud. Y no sé si a triunfar en el trabajo, pero en caso de triunfar se haría a costa de la salud de la persona.
Con el tiempo uno comprende que el éxito en el trabajo depende de muchos factores, muchos de ellos, como os decía, no controlables. Por ejemplo, hay que partir de la base de que no todo el mundo puede emprender. Si ya estás trabajando de 8:00 de la mañana a 20:00 de la noche, por levantarte a las 5:00 horas y acostarte a la 01:00 de la madrugada eso no te va a garantizar que podrás lanzar tu proyecto emprendedor mientras tienes una jornada completa.
Lo más seguro es que te canses demasiado, tengas problemas en tu trabajo y acabes estando de mal humor y desmotivado a corto o medio plazo. Por lo tanto volvemos a la falacia del si quieres puedes. No, no siempre que quieres algo puedes hacerlo. Se lo digo a mi hijo de 6 años y ya lo entiende, pero parece que hay gurús que lo hayan olvidado.
¿De verdad vale la pena arriesgar la salud en el trabajo?
Una segunda reflexión va ligada a las prioridades. Parece que todo el mundo tiene claro que la salud es más importante que el dinero, hasta que llega el dinero. Cuando la facturación de tu empresa crece parece que no te preocupa tanto que te suba también el colesterol, el nivel de estrés o los kilos en la balanza con la que te pesas cada mañana (si lo haces). Y no, no está bien. Arriesgar de ese modo la salud en el trabajo no es correcto. O no debería serlo.
Si nuestro cuerpo es un templo no deberíamos permitir que el trabajo o un proyecto lo echara por tierra. Y si hablamos de salud mental la cosa se pone todavía más delicada, ya que algunos efectos de la falta de sueño pueden ser desde la falta de concentración hasta enfermedades mentales graves como el Alzheimer. Uno de los principales problemas de salud en el trabajo es el estrés que se genera en el mismo.
Hace no tanto me dijo un padre en la escuela que ojalá tuviese tiempo para ir al gimnasio. Yo pensé que realmente es una lástima que haya gente que no pueda organizarse para algo tan básico como cuidarse el cuerpo. Muchas personas no dormimos 8 horas al día pudiendo hacerlo. Ni yo mismo lo consigo muchas noches y me voy a las 7 horas o incluso un poco menos.
Eso sí, mi objetivo diario de sueño es de 8 horas. Al final, si lo piensas, puedes trabajar 8 horas en un día, dormir 8 horas y tener 8 horas más para ocio, familia y rutinas saludables como caminar o hacer algo de deporte. La clave está en aprovechar bien esas 8 horas e intentar llegar a tener tiempo para el cuidado físico y mental.
Pongamos el foco en las 8 horas que no dedicamos al trabajo y que permitiría tener otras 8 horas para dormir en caso de aprovecharlas bien. Esas 8 horas son la clave para liberar las 8 horas de sueño si entendemos que trabajamos un máximo de 8 horas al día. Pues bien. En 8 horas deberíamos poder hacer desplazamientos, compras necesarias para nuestro día a día, pasar tiempo con otras personas y cuidar nuestra salud mental.
Lo bueno es que tenemos 8 horas durante los 5 días laborables y que el fin de semana, en la mayoría de casos, también puede aprovecharse para cubrir tareas pendientes. ¿De verdad no se puede dedicar 1 hora al día para hacer ejercicio? ¿De verdad vale la pena descuidarse en estos aspectos para que nuestro proyecto tenga 10, 11 o 12 horas al día en lugar de las 8 que le corresponderían?
No se debería entrar nunca en lo que se conoce como deuda de sueño. Como tampoco se debería descuidar la salud mental y física para dedicarle más de 8 horas al día a un proyecto. A ver, entendámonos, uno puede aguantar un ritmo puntual de trabajo que implique una dedicación intensiva y superior a las 8 horas por día. Lo malo es aplicar esta dinámica por defecto. Descuidarse a medio y largo plazo siempre nos va a traer problemas de salud que, inevitablemente, van a afectar también la calidad del trabajo en nuestro proyecto.
¿De verdad vas a cambiar el mundo?
Otro argumento recurrente por parte de los gurús de turno que defienden el “si quieres puedes” es que un proyecto emprendedor puede cambiar el mundo. Pero vamos a ver, ¿cómo podemos tener el ego tan grande como para pensar que el mundo depende de un proyecto? No, el mundo sigue rodando y la sociedad funcionando aunque el que se levanta a las 5:00 de la mañana deje de hacerlo. La motivación, vacía, de pensar que un proyecto puede cambiar el mundo es un sueño del egocentrismo emprendedor más nocivo.
Hecha esta declaración de intenciones os imaginaréis por dónde voy a ir. No, el proyecto de nadie va a cambiar el mundo. El mundo cambia de forma independiente de lo que hagamos los humanos. Hay personajes históricos que han quedado eclipsados por otros, algunos son odiados y otros amados, pero lo más posible es que ninguno sea recordado dentro de 1.000, 2.000 o 3.000 años. Y ya no hablemos si aumentamos esta cifra. Por lo tanto aquí lo importante es cómo un proyecto afecta a cada persona que participa en el mismo.
En mis más de 10 años como consultor (llevo ya 13 en el momento de emitir este podcast) he visto de todo. Gente que desaparece del mapa por una crisis de ansiedad, personas que acaban muy enfermas por el estrés, e incluso personas que no soportan la presión de ser el centro de un proyecto durante mucho tiempo.
Somos humanos, y como humanos debemos cuidarnos siendo conscientes de nuestras necesidades de salud. No hablo de no esforzarse, no hablo de no pensar que se puede lograr todo lo que uno se proponga, hablo de trabajar con algo de cabeza. Buscando cierto equilibrio sin pensar que tenemos una meta universal que cumplir. La única meta que tienes es ser feliz, no es tan complicado y a la vez puede serlo mucho, depende de cómo te lo montes.
Facturar ante todo, la salud en el trabajo ya llegará
Otro problema que se observa y que afecta a la salud mental y física de los que lanzan proyectos es poner por delante la facturación ante cualquier otra cifra de negocio. Parece que si no facturas millones eres un pringado. Pues no, señores y señoras. En primer lugar, la cifra de facturación es un “a ver quién la tiene más larga” en toda regla. Otro de los miles de ejemplos que tenemos de la frágil masculinidad que abunda en nuestra sociedad. Lo importante son los beneficios que genera un proyecto, no lo que factura.
¿Qué preferís, un proyecto que facture 500.000 euros y tenga 600.000 euros de costes cada mes, o un proyecto que facture 10.000 euros y tenga 1.000 euros de costes al mes? Pues eso, la cosa está clara, ¿verdad? Crecer no siempre es bueno, crecer no siempre acaba bien, crecer con un proyecto no siempre implica que se van a tener grandes beneficios. Y muchas veces mientras un proyecto crece se va por el camino la salud mental y física de quienes lo están impulsando.
Pero vamos a dejar clara una cosa antes de que me caigan las collejas digitales. No soy tonto. Sé que lo que hay detrás de buscar que un proyecto facture mucho es la escalabilidad potencial del mismo. Es decir, si un proyecto factura millones es posible que acabe generando millones de beneficios.
Es cierto. Pero también lo es que puede irse al garete en cuestión de meses si falla la gestión del mismo. Una gran facturación comporta grandes riesgos. Y los grandes riesgos suelen generar grandes problemas de estrés. Y el estrés, ya lo sabéis, comporta problemas de salud. Por tanto, hay que saber a qué se juega antes de querer comerse el mundo, no vaya a ser que el mundo se te coma a ti.
Conclusiones, lanzar proyectos con salud en el trabajo
Que cada uno apueste por lo que quiera, pero usando la cabeza. La idea de este episodio del podcast es que reflexionemos sobre lo que importa nuestra salud en el trabajo y en los proyectos que lanzamos. Que intentemos buscar un equilibrio entre lo que nos apasiona y lo que nuestra mente y cuerpo necesita. Que procuremos cuidarnos al máximo de las posibilidades, buscando que ese proyecto que amamos no nos quite algo que es muy importante, nuestra salud para poder seguir impulsándolo y disfrutando de la vida.
Lanzar un proyecto puede ser importante para todos y cada uno de nosotros, pero cuidar nuestra salud también lo es sin lugar a dudas.
Y así llegamos al final del episodio. Pero antes de acabar me interesa saber lo que vosotros opináis de todo esto. Os animo a participar comentando el episodio del podcast o dejándome unas líneas en cualquier red social de las que uso habitualmente, que son todas, así que no tenéis excusa.
Como os acabo de decir y siempre os digo, os leo en los comentarios de YouTube y en los mensajes que me enviéis a través del formulario de mi web. Y, por supuesto, recordad que en vanacco.com (con v y dos c) encontraréis cursos y la mejor información fresca para lanzar vuestros proyectos. Nos vemos el próximo lunes a las 11:11 horas.
Saludos y ¡felices lanzamientos!
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