¿Y si te dijera que tienes el enemigo en casa? ¿Y si te contase que el motivo del fracaso en tu crowdfunding son 3 cosas que dependen de ti? Supongo que querrías conocer a esos 3 “enemigos”, ¿verdad?
Pues vamos a ello, les conoceremos a fondo y trabajaremos formas de eliminar sus efectos. Además pondremos ejemplos concretos de campañas que les han hecho frente. Con éxito o no.
La falta de tiempo
No tengo tiempo, la frase de moda. ¿Es verdad? ¿De verdad no tienes tiempo para lanzar tu campaña de crowdfunding? Es posible, pero si es así, ¿tendrás tiempo para lanzar el proyecto que quieres financiar? La mayoría de veces la falta de tiempo es por tener un trabajo fijo y querer lanzar un proyecto emprendedor en paralelo. En esos casos recomiendo reservarse un mínimo de 4 horas al día para preparar y lanzar la campaña.
Es la única forma de hacer frente a este enemigo, ser consciente del tiempo que ocupa una campaña y bloquearse el tiempo. En el curso de productividad en crowdfunding hemos visto qué es el time blocking. Es decir, bloquear tiempo en la agenda para determinadas tareas relacionadas con la campaña. Esta herramienta permite hacer frente al enemigo de la falta de tiempo.
El caso de la campaña de Baggicase, la funda para las pertenencias del ciclista, en Kickstarter es un ejemplo de cómo vencer a este enemigo. Aunque tengas poco tiempo por familia y trabajo es posible lanzar con éxito una campaña de crowdfunding. Pero cuidado que, como le dijo el Tío Ben a Peter Parker, un gran poder conlleva una gran responsabilidad. Cuando acabes la campaña deberás producir y enviar las recompensas.
Y más allá de eso, ¿te has planteado si tras tu campaña quieres seguir adelante con tu proyecto? Pues son preguntas importantes que debes hacerte para organizar tu tiempo tras el éxito de una campaña. El tiempo es igual para todos, simplemente se trata de en qué quieres dedicarlo. Y ante este enemigo el “no puedo” no te va a ayudar en absoluto.
Así que organízate la jornada y descubre si es viable lanzar tu proyecto. Ya verás como aunque no te lo parezca podrás dedicar horas de cada día al lanzamiento de tu campaña. Levantarte más pronto es un buen inicio y mucho mejor que acostarte tarde. Así aprovecharás las horas de mayor productividad y con menos distracciones.
Un objetivo alto
Cuando una campaña acaba sin éxito es fácil criticar y decir “es que el objetivo era muy alto”. Pero, ¿acaso la gente se pregunta eso cuando la campaña tiene éxito? La mayor parte de las veces no. Y el objetivo es tan importante para el éxito de la campaña como para la poscampaña. La gestión posterior de producción y entrega de recompensas puede verse muy afectada.
Este enemigo es letal para cualquier campaña ya que puede comprometer la imagen del proyecto y sus fundadores. Imagínate recaudar 10 millones y tener 60.000 productos por entregar. ¿Qué harías si hubieses calculado mal tu objetivo? Si no pudieses entregar esas 60.000 unidades tendrías 10 millones de problemas.
El caso de The Coolest Cooler, la nevera multi funciones, es muy interesante de analizar para el tema que nos ocupa. Aquí el enemigo del objetivo alto hizo un trabajo magistral, casi digno de un ninja. Os cuento. Esta campaña de éxito tuvo una antecesora que fracasó. Con un objetivo de 125.000 dólares no lograron ni el 80% y en los primeros días sólo lograron recaudar 50.000 dólares.
Hasta ahí todo correcto, el problema vino cuando en su campaña de éxito recaudaron 13 millones con un objetivo de 50.000 dólares. ¿Había hecho los deberes Ryan Grepper con su equipo? ¿Acaso habían bajado el objetivo conscientes de las implicaciones que ello tenía? Supondremos que no ya que sólo lograron entregar la mitad de las neveras a tiempo.
Y ese retraso en entregas generó frustración y malos comentarios en la red. Como, por ejemplo, podemos ver en este artículo de The Verge. Hay que ir con cuidado porque reducir un objetivo implica reducir márgenes. Si no se han reducido los costes en la misma medida, reducir un objetivo es crearnos un problema.
La falta de prototipo
Cuando uno asegura que tiene entre manos una afeitadora láser debe demostrarlo. A no ser que se quiera que la gente empiece a hacer memes de Obi Wan afeitándose con su sable láser. Eso último es lo que le ocurrió a Skarp por no tener un buen prototipo funcional en el momento de lanzar su campaña en Kickstarter.
La campaña fue suspendida en la plataforma líder del crowdfunding de recompensa. Y ocurrió tras recaudar más de 4 millones y tener más de 20.600 personas confiando en la idea. Curioso pero real. Pero cuando un prototipo no convence siempre hay gente que pregunta. Y ante preguntas difíciles la respuesta tiene que ser convincente, y en este caso no lo fue.
¿Qué ocurre cuando tenemos un prototipo no funcional o incompleto? Pues sencillamente que no estamos preparados para lanzar una campaña de crowdfunding. Fundamentalmente porque no sabremos los costes implicados en la producción y envío del producto acabado. Y esa es una incerteza con la que no podemos jugar.
Los mecenas querrán su producto en el plazo prometido en la campaña y por eso mismo Kickstarter no se la juega. Cuando detecta una campaña con un prototipo deficiente o no la aprueba o la suspende. Pero el proyecto de Skarp no acabó con la suspensión en Kickstarter ya que lanzó una nueva campaña en Indiegogo.
¿Y qué ocurrió? Pues entre otras cosas que la campaña recaudó 7 veces menos que en Kickstarter. El riesgo de producto deficiente ya había hecho daño a la imagen de marca. Así de poderoso es este enemigo para tu campaña, así que no lo subestimes. Trabaja bien el prototipo de tu producto, servicio o experiencia antes de lanzar tu campaña.
Recuerda
- La falta de tiempo debe enfrentarse bloqueando tu agenda.
- Levántate pronto para ganarle horas al día y dedicarlas a tu campaña.
- Un objetivo de recaudación demasiado alto hará imposible tu éxito.
- Pero bajar un objetivo sin tener en cuenta los costes te creará un problema.
- La falta de un prototipo funcional es un riesgo elevado para tu campaña.
- Y sin prototipo tu campaña puede ser suspendida.
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