¿Qué pasa cuando una campaña fracasa? ¿Es síntoma de que el crowdfunding no es para nosotros o de que no hemos sabido aplicarlo? Hoy veremos tres casos de fracaso muy distintos uno del otro. Y sobretodo aprenderemos de cómo han reaccionado sus creadores tras los mismos.
¿Me acompañas? Verás que para estos creadores rendirse no es una opción. Vamos allá.
OWLBAG, un objetivo imposible
Esta campaña fue cancelada por su creador, que lleva 6 campañas de éxito y esta en la que ha fracasado. Aparentemente el diseño de esta campaña es perfecto. Pero entonces ¿por qué fracasó? ¿Qué puede hacer que una campaña fracase cuando un creador tiene tanta experiencia?
La parte buena, explicación correcta para un producto complejo
Los GIF animados de la campaña están muy bien planteados y explican el producto a la perfección, pero no fue suficiente. Veremos los motivos en la segunda parte de este análisis. Tener una explicación visual y clara del producto es esencial para el éxito, pero resulta que es condición necesaria pero no suficiente. Es decir una explicación perfecta no te hará triunfar.
Quizás la parte más compleja de la explicación del producto era su versatilidad. Era un producto tan completo que costaba explicarlo con una imagen simplemente. Pero aún así los creadores supieron hacer frente al reto con imágenes tan claras como la que os muestro a continuación.
Por si fuera poco explicaron la historia del proyecto muy bien. Mostraron cómo habían ido desarrollando el prototipo y también qué fases de producción previas habían realizado. Todo detallado con fotografías reales que generaban credibilidad y daban consistencia a la campaña.
¿Pero entonces, qué falló? Vamos a verlo.
La parte mala, un objetivo imposible
Como una imagen vale más que mil palabras os lo resumo todo con el gráfico de Kicktraq para esta campaña. Como se puede observar perfectamente la campaña hubiese ido genial si el objetivo hubiese sido de la mitad exactamente. Pero con 100.000 dólares la cosa vino a ser como intentar escalar el Everest con chancletas y manga corta. Una odisea imposible.
Y eso que la estrategia de Early Birds (recompensas para primeros mecenas) fue también correcta aglutinando a 74 mecenas que aportaron 95 dólares por las primeras unidades. A continuación otros 203 mecenas aportaron 125 dólares por lo mismo. Eso suma 32.405 euros, un 32% del objetivo inicial, así que todo estaba preparado para cumplir la regla 30-90-100 (30% del objetivo en 30 días).
Pero ya sabéis que dicha regla marca que hay un 90% de probabilidad de éxito si se logra tal hito. El 10% de casos son los que fracasan aún habiéndolo logrado. ¿Qué pasó? En parte hubiese sido mejor prepararlo todo para lograr un 100% rápido. También pudo haber pasado que el 30% logrado fuese de un círculo cercano al proyecto pero no necesariamente fans y clientes potenciales del mismo. Éstos últimos son los que comparten la campaña y hacen difusión de la misma. Algo crucial para el éxito en crowdfunding.
Magnote, la calidad ante todo
El equipo creador de Magnote, Orange Monkie, ha lanzado un total de 7 campañas de las cuales 2 podrían considerarse fracasos. Por motivos muy distintos la una de la otra. Hoy nos centramos en la de Magnote, una libreta magnética que sirve para… bueno, mejor os dejo que leáis lo que viene.
La parte buena, un producto innovador
Magnote no deja indiferente, un conjunto de libretas que usas el magnetismo para acoplarse unas con otras. Muy útiles para poder realizar notas de diversa índole en libretas separadas y a la vez llevarlas todas juntas. Es un producto arriesgado e innovador pero no fracasó por ello. De hecho la explicación del producto fue perfecta.
Mediante imágenes y GIF animados el producto queda claramente explicado en la campaña de Kickstarter. Usan un estilo muy simple pero efectivo fruto de su experiencia como creadores reincidentes en crowdfunding. Uno puede tener una idea clara del producto tan sólo mirando las imágenes en diagonal y sin leer una línea de texto.
Por si fuera poco las recompensas se trabajaron también con una buena estrategia. Se podían combinar diferentes tipos de libreta (planners, blocs de notas y otras) adquiriendo recompensas con distinto número de unidades. Con packs para adquirir hasta 10 libretas en diversos colores las opciones de recompensas eran muy atractivas y diversas.
Pero no, tampoco tuvieron éxito estos creadores. ¿Os imagináis el motivo? Vamos a analizarlo.
La parte mala, si no se puede garantizar la calidad lo mejor es anular
Si echamos un vistazo al gráfico de Kicktraq para esta campaña nos encontramos con una escena bastante distinta a la de la campaña anterior. Lograron el 100% in extremis, pero lo consiguieron. Además en las primeras horas ya cumplieron con la regla 30-90-100 y el crecimiento en recaudación fue orgánico y normal. Entonces ¿qué pasó?
Pues básicamente lo que ocurrió fue que los creadores no podían garantizar la producción de las libretas con calidad suficiente. Y en ese escenario decidieron hacer lo más sabio que puede hacerse, anular la campaña. Siendo Orange Monkie un creador con muchas campañas y una credibilidad alta en Kickstarter no se la jugaron. Y bien que hicieron.
Asegurar la calidad en la entrega de las recompensas y especialmente la entrega a tiempo es importante. Los creadores argumentaron en esta actualización de campaña que ellos son tanto creadores como mecenas en Kickstarter. Y que como mecenas no soportan los retrasos así que no quisieron hacer lo mismo con sus propios mecenas.
Skarp, consiguiendo un éxito pese al riesgo de fraude
Cuidado que vienen curvas, hablamos de Skarp. Tras su primera campaña en Kickstarter que fue cancelada por la plataforma, estos creadores no se rindieron. Pero viendo la alerta que generó su primera campaña esta segunda campaña no está exenta de polémica. Y más cuando dicha segunda campaña en Indiegogo ha recaudado medio millón de dólares.
El principal problema del fracaso, la credibilidad
El principal problema que tuvo la campaña de Skarp en Kickstarter fue de credibilidad. La comunidad de mecenas viendo el éxito de la campaña reaccionó preguntando todo tipo de detalles sobre el producto. El producto es una máquina de afeitar que en lugar de cuchilla usa tecnología láser. Os podéis imaginar las preguntas, desde “¿es segura para zonas íntimas?” a otras dirigidas a saber si los emprendedores podían crear el producto con el dinero solicitado.
Como ya dije en su momento soy de los que celebran que Kickstarter sea tan estricta como para anular una campaña con 4 millones de dólares recaudados. Renuncian a su comisión del 5% a favor de la protección de sus usuarios y para evitar posibles fraudes. Así que bravo. Y bravo también por los emprendedores que lo volvieron a intentar en Indiegogo. Veamos cómo ha ido.
En la segunda campaña, se centraron en quienes creyeron en ellos
Fijémonos en el gráfico de Kicktraq de la primera campaña de Skarp. Un 100% rápido y una notoriedad enorme a partir del día 7 de campaña demostrando un claro efecto innovación. La gente se volvió literalmente “loca” por el producto. Pero claro, con la notoriedad también llovieron críticas. Pero a pesar de ellas el volumen de mecenas de la primera campaña les ha permitido tener éxito en la segunda.
En la segunda campaña los creadores de Skarp se han centrado en los más fieles mecenas. Aquellos que a pesar de las críticas recibidas por el proyecto siguieron creyendo en ellos. Como resultado han recaudado más de medio millón de euros pero todavía no han entregado las recompensas de su segunda campaña. ¿Qué ocurrirá? Sólo el tiempo nos lo dirá.
Recuerda
- Fijar un objetivo por encima de las posibilidades de recaudación es firmar un fracaso.
- La posible falta de calidad de una recompensa es motivo suficiente para cancelar.
- Tu comunidad de mecenas preguntará y debes responder generando confianza.
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