Llevaba tiempo diciéndolo y llegó el día. Fitbit está dando el paso definitivo para eclipsar a Pebble. Recordemos que esta última es la empresa de relojes inteligentes más famosa del crowdfunding.
Tras más de 40 millones de dólares recaudados acabó con una deuda de 40 millones y comprada por Fitbit. Pero, ¿por qué se está asistiendo al final de la marca? Hoy lo analizamos.
Primera clave, recaudar no es tener beneficios
Lo primero que hay que tener claro es que recaudar 10 millones en tu primera campaña de crowdfunding, 20 en la segunda y más de 13 en la tercera no es sinónimo de tener beneficios.
Vale, de acuerdo, Pebble es una empresa que ha marcado un antes y un después en el mundo de la financiación colectiva. Pero eso no significa que tuviesen un modelo de negocio sostenible. Prueba de ello es la deuda de 40 millones de dólares que tenía cuando Fitbit la compró.
La conclusión que debemos extraer es que recaudar millones con un precio mínimo de 99$ el dispositivo puede no ser buena estrategia. Si nuestro precio es insuficiente para sostener nuestro proyecto, acabaremos cayendo en pérdidas. Un buen referente para darnos cuenta del drama es el precio del smartwatch de Apple, 299$. Es decir 200$ más que el dispositivo más barato de Pebble en campaña de crowdfunding.
Segunda clave, la comunidad puede no ser suficiente
La comunidad de fans de Pebble es increíble. ¿Os imagináis que abren una campaña en Change.org para salvar vuestra empresa? Pues no hace falta imaginarlo, los fans de Pebble lo han hecho para salvar la compañía del desmantelamiento de Fitbit. Y digo desmantelamiento porque es lo que estamos viendo. Fitbit se ha apropiado de una compañía para borrar una marca del mapa.
Y no sólo eso, ha aprovechado toda la tecnología para crear su propio dispositivo, los Fitbit Versa e Ionic. Y por si fuera poco envía un mail a los seguidores de Pebble dándoles un descuento en sus nuevos dispositivos. ¿Os parece una buena estrategia? El tiempo lo dirá. Yo prefiero lo que Facebook hizo con Oculus Rift o Whatsapp.
Pero no sólo hay una petición, resulta que hay varias e incluso una comunidad de usuarios que las gestionan. Change.org se está convirtiendo en una herramienta para dar voz a los seguidores de Pebble. En conclusión, ¿está siendo inteligente hacer oídos sordos a dicha comunidad?
Tercera clave, el ego de las marcas
El ego de las marcas es como el de las personas, puede cegarlas. Y es lo que, bajo mi humilde opinión, le está sucediendo a Fitbit. Creerse que Fitbit es una mejor marca que Pebble por haber esta última sucumbido a las deudas es un error. Tras 3 campañas de crowdfunding y más de 214.000 mecenas creo que era para plantearse si eliminar la marca era buena idea o no.
Pero han decidido borrarla del mapa, aparentemente, a juzgar por esa oferta que nos ha llegado a todos los seguidores de Pebble al correo. Que, por cierto, ¿había yo dado autorización a Fitbit para comunicarse conmigo? Vaya, ¡que se la había dado a Pebble! Supongo que al comprar la compañía todo ha quedado en casa… ¿Es eso justo?
Además, se pueden hacer las cosas diferente. Y, como apuntaba antes, ya lo hizo Facebook comprando Oculus Rift tras su éxito en crowdfunding. Se puede comprar una compañía emergente y proteger sus activos. Y, no lo olvidemos, una comunidad es uno de los principales activos de una marca. ¿Qué opináis vosotras y vosotros? ¡Lo vemos en los comentarios de este artículo o del episodio de mi Vlog que os dejo a continuación!
Recuerda
- Pebble recaudó más de 40 millones pero eso no le dio beneficios garantizados.
- Más de 214.000 mecenas son una gran comunidad pero puede no ser suficiente.
- El ego de las marcas puede hacerles tomar malas decisiones.
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Giovanni dice
También hay que considerar, que el mundo del wearable es un sector complicado en el cual es muy difícil hacer previsiones. En general el mercado todavía está buscando su “alma”, dividido como está entre plataformas solo para el fitness y smart watches con funcionalidades mas “evolucionadas” (Google assistant etc.). Es solo de ayer la noticia que quizás Samsung abandone su propio SO Tizen para el próximo smart watch – el Samsung Gear S4 – pasando a utilizar la competencia: Wear OS (antes Android Wear) de Google, renunciando también a su mercado de apps (el Galaxy Apps) para los smartwatches. Me parece que, en general, todos estén intentando simplificar. Quizas porque, de momento, se está competiendo para un mercado que todavía no ha despegado plenamente.
Valentí Acconcia dice
¡100% de acuerdo contigo, Giovanni! Hay que reconocerle el mérito a Pebble de haber nacido con crowdfunding y competido en un sector tan dinámico e imprevisible. ¡Seguimos comentando!