Productividad tóxica, ¿cómo reconocerla y evitarla para nuestro bien? Lo veremos con claves para lanzar proyectos con productividad de la buena. Y también veremos ejemplos para ilustrar cada una de estas claves de productividad sana.
Lo primero será comprender que estamos en un momento de cambio en marketing. Por eso es tan importante estar al día. Y así mejorar los lanzamientos de proyectos. ¿Empezamos? ¡Pues vamos allá!
Índice
¿Qué es la productividad tóxica y cómo evitarla?
La productividad tóxica empieza a notarse cuando uno se siente mal por trabajar menos, por descansar o inclusive por tener un mal día y no concentrarse. Pero es la punta del iceberg. Uno puede estar seriamente afectado por la productividad tóxica sin notar estos síntomas. Y ese es el mayor riesgo, el no darse cuenta de que uno no está trabajando bien aunque esté trabajando mucho.
Clave 1: La cantidad no es calidad
La productividad es, por definición, la relación entre la cantidad de productos obtenida por un sistema productivo y los recursos utilizados para obtener dicha producción. La productividad aumenta cuando con los mismos recursos se produce mayor producción, y disminuye cuando pasa lo contrario. El problema de la productividad tóxica es que se confunde calidad con cantidad. Vamos a verlo.
La tónica general es pensar que trabajar mucho es trabajar bien. Es una gran mentira, pero ya sabemos que repitiendo una mentira se puede construir una supuesta verdad. Una verdad de postín a fin de cuentas, pero que mucha gente se cree. Aunque analizándolo fríamente uno pueda darse cuenta de que no tiene sentido, la norma general es asociar trabajar mucho con trabajar bien.
Por otra parte, existe la cultura de calentar la silla, especialmente en ciertos países. De nuevo, no es algo aplicable a toda cultura, pero sí es una realidad. La tónica imperante es llegar antes de la jefa o del jefe, y marchar después. El hecho de que uno sea verdaderamente productivo no tiene que ver con el tiempo dedicado al trabajo. Más bien con el aprovechamiento eficiente de los recursos para producir resultados.
El error está en abrazar esta idea del trabajo por el trabajo. Haciendo que el cuerpo no descanse lo suficiente. Que se pierda el foco con más facilidad, es decir, que la concentración en una tarea sea más complicada de mantener en el tiempo. En definitiva, tener una obsesión negativa en el trabajo. Buscar la productividad como si las horas dedicada al trabajo fuesen la única forma de conseguirla.
La productividad tóxica confunde cantidad con calidad
Confundir la calidad de las horas trabajadas con la cantidad de horas invertidas en una tarea es un error fatal. Nos lleva a la productividad tóxica, la que prima la cantidad de trabajo sobre la calidad del mismo.
- Productividad es aprovechar recursos para maximizar resultados.
- Trabajar más no es trabajar mejor ni ser más productivo.
- La idea del trabajo por el trabajo no lleva a ningún lado.
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Clave 2: Relacionar identidad con resultados
¿Quién eres? ¿Eres abogado? ¿Contable? ¿Emprendedor? ¿Funcionario? ¿Ejecutivo? ¿Directivo? ¿CEO? ¿O eres un conjunto innumerable de pensamientos, acciones y emociones? El problema de relacionar tu identidad con un trabajo y sus resultados es que se dejan de lado otras partes de la persona. Y, obviamente, somos mucho más que las horas que le dedicamos al trabajo.
La pregunta de si estudias o trabajas, usada para abrir una conversación, es una muestra empírica de lo dentro que tenemos en nuestra cultura el identificar el trabajo con una persona. La reputación de una pregunta también va asociada a ciertos trabajos, parece que si uno tiene cierto trabajo ya va por delante una mejor reputación. Eso es un problema ya que asocia trabajo con identidad y reputación de las personas.
Y todo lo anterior va ligado al ego, hace que las personas tengan asociada su valía a su trabajo y le dediquen más horas de las aconsejables. Haciendo que la productividad tóxica acabe afectando a su desarrollo personal. ¿Y qué pasa cuando uno pierde el trabajo o tiene problemas laborales? Pues que la identidad se ve resentida. Aquí no hablamos únicamente de productividad, hablamos de poner en riesgo la salud mental.
Imaginemos, también, que hay un cambio de trabajo. ¿Eso cambia nuestra identidad? O que uno de jubila, ¿eso puede suponer un cambio identitario? Estaremos de acuerdo que en parte sí puede modificar nuestra identidad. Pero a lo que vamos es que no somos nuestro trabajo. Somos mucho más que eso. Y para ser productivos, en cualquier caso, hay que mantener a ralla este tipo de asociaciones de trabajo con identidad.
Productividad tóxica y problemas identitarios
La productividad tóxica nos puede llevar a perder la salud mental o a que ésta se vea seriamente afectada. No sólo nos impide ser verdaderamente productivos, nos puede afectar a la salud.
- En nuestra sociedad se identifica trabajo con identidad.
- El ego puede generar problemas cuando existe dicha asociación.
- Un cambio de trabajo o de condición laboral nos puede afectar seriamente.
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Clave 3: Exceso de compromiso
Vente, que vamos a cambiar el mundo. Somos los good rebels, los game changers, los world challengers… No, lo que sois son personas que trabajan 12 horas al día y no pueden quedar con sus amigos y familiares. No nos engañemos. Un exceso de compromiso puede ser tóxico, y eso va ligado, cómo no, a la productividad tóxica. Debemos poner límites para conseguir una productividad sana.
Si una jefa te dice que puedes trabajar más para, en un futuro, conseguir un ascenso, ¿qué creéis que pasa si te niegas a ello? Sí, se suele identificar este tipo de decisiones como una falta de compromiso con la empresa o el proyecto en cuestión. Y eso es un problema. Deberíamos ser libres de poner límites y decidir no trabajar más para poder dedicar ese tiempo a cuidarnos y luego poder ser verdaderamente productivos.
El descanso es parte de una rutina productiva. No nos equivoquemos. Sin dormir unas 7 u 8 horas al día no puedes ser productivo. Es imposible que uno pueda concentrarse en una tarea y lograr resultados de forma eficiente, con el mínimo uso de recursos, si ha dormido 5 horas por estar trabajando 12 horas la jornada anterior. ¿Se entiende? Y si uno es joven y puede aguantar ese ritmo, no pasa nada, cuando deje de ser joven dejará de aguantarlo.
Los límites son necesarios. Para conciliar vida familiar con profesional, para tener una salud mental adecuada, para poder dedicarse a hobbies u otras aficiones al margen del trabajo. Sin límites una persona deja de ser productiva. Para convertirse en alguien que trabaja mucho, pero trabaja mal. Una persona que no tiene oxígeno para respirar en su ejercicio profesional está siendo presa de la productividad tóxica.
El exceso de compromiso y la productividad tóxica
No debemos de confundir los límites con la falta de compromiso. Las jefas y jefes de este mundo deben empezar a entender que los límites son saludables. Que mejoran la productividad sana de las personas.
- Si no quieres trabajar más para poder descansar, no estás equivocándote.
- Sin dormir y descansar uno es presa de una productividad tóxica.
- Poner límites es saludable para cualquier profesional.
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Cómo evitar la productividad tóxica
Trabajar más no siempre es mejor. De hecho trabajar más sin límites es siempre sinónimo de una productividad tóxica como hemos ido comprobando. Por eso hay que empezar a dejar atrás el discurso de las horas trabajadas como sinónimo de ser buen trabajador. No, no es así. Un buen trabajador hace su trabajo en el menor tiempo posible de la mejor forma posible. Maximiza buenos resultados usando el mínimo tiempo a cada tarea.
No somos lo que trabajamos. Somos personas con muchas facetas, intereses y sentimientos. Es malo asociar el trabajo con la identidad de las personas ya que nos aboca a la productividad tóxica. A pensarnos que valemos en función de nuestros resultados profesionales, cuando no es cierto. Somos mucho más que nuestros trabajos, y debemos tenerlo claro.
Poner límites es necesario, hay que repetirlo a menudo. Si un profesional elige trabajar menos horas eso quizás le lleve a ser más productivo. Por lo tanto, hay que saber escuchar a nuestros compañeros, sean socios, empleados o colaboradores. Para, de ese modo, ajustarnos con empatía a sus necesidades. Logrando maximizar la productividad sana en nuestros proyectos.
Recuerda
- Trabajar más no es trabajar mejor.
- No somos nuestros trabajos, somos más.
- Poniendo límites protegemos una productividad sana.
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Enlaces de interés
- Jonny Kim en Wikipedia.
- Productividad en Wikipedia.
- Proyectos de productividad en Kickstarter.
- La pantalla doble en vertical, para enfocarse.
- Lo analógico nos hace productivos.
- Los datos nos ayudan a mejorar la productividad.
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