¿Cuáles son los principios del marketing emocional aplicado a proyectos? Vamos a verlo en esta clase del curso de marketing emocional. Os damos la bienvenida a la sección dedicada a los cursos online para usuarios premium de vanacco.com. Cursos online que van desde lo más básico a un nivel avanzado. Ya tienes a tu disposición un total de 98 cursos y 1027 clases.
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Esta es una clase del curso de marketing emocional dedicada a realizar una explicación de los principios del marketing emocional para proyectos. Esta clase os dará una información relevante para entender este tipo de marketing. A lo largo de las 12 clases del curso conoceremos de primera mano ejemplos de campañas y herramientas en tiempo real.
Los principios del marketing emocional: Introducción
El marketing emocional parte de una idea central: Las personas compran motivadas por emociones, no solo por motivaciones racionales. Aunque el precio, la calidad o las características del producto importan, lo que realmente mueve a la acción (la compra, el apoyo, el compromiso) muchas veces es lo que sienten los consumidores: La ilusión, la identidad, la empatía, la conexión con valores, o el deseo de pertenencia.
Al hablar de principios del marketing emocional, nos referimos a aquellas reglas, variables e ideas que permiten orientar una estrategia para resonar emocionalmente con el público objetivo. Entre esos principios destacan los siguientes.
- La primacía del afecto sobre el argumento: Primero emocionas, luego justificas.
- La narrativa (storytelling) como vehículo natural de emociones.
- La coherencia emocional (el mensaje debe alinearse con la personalidad de marca, el tono y los valores).
- El contraste emocional (crear tensión, momentos altos y bajos, expectativas que llevan a resoluciones).
- La memoria emocional: que la experiencia quede grabada, no olvidada.
- La autenticidad: Si la emoción es forzada o manipuladora, puede generar rechazo.
Este enfoque no es nuevo, pero ha ganado todavía más relevancia con los avances en neurociencia, psicología del consumidor y la hiperconectividad que permite replicar emociones en muchos puntos de contacto.
En esta clase nos centraremos en cómo aplicar esos principios desde una base científica (neurociencia aplicada), cómo diseñar experiencias emocionales de marketing, y cómo traducir todo eso a acciones que toquen sentimientos, pensamientos, actuaciones y relaciones. Finalmente, veremos cómo estos principios pueden aplicarse con éxito (y con cautela) en campañas de crowdfunding.
Los principios de la neurociencia aplicada al marketing
Para entender por qué el marketing emocional “funciona”, es útil apoyarnos en conocimientos de neurociencia y psicología cognitiva. Aquí algunos principios clave:
- El cerebro emocional domina las decisiones
Según investigaciones clásicas de António Damásio, las personas con daños en zonas cerebrales que regulan las emociones tenían enormes dificultades incluso para tomar decisiones simples, lo cual indica que la emoción es esencial para decidir.
En el marketing, esa lección sugiere que apelar solo a datos y razones (precio, especificaciones) muchas veces no es suficiente: primero hay que conmover. - Atención limitada y sesgos cognitivos
Nuestro cerebro filtra continuamente estímulos: solo un pequeño porcentaje de información pasa a procesamiento consciente. Por eso, las campañas que “rompen expectativas” o generan novedad/contraste tienen más posibilidades de captar atención. Además, existen sesgos cognitivos —como el sesgo de confirmación— que influyen en cómo recordamos experiencias. - Memoria emocional y consolidación
Las experiencias emocionales intensas —positivas o negativas— tienden a consolidarse mejor en la memoria. Cuando un estímulo activa la amígdala (centro emocional) junto con el hipocampo (memoria), es más probable que permanezca vivo en el recuerdo. En marketing, eso se traduce en crear momentos “emotivamente relevantes” dentro de una experiencia (momentos de sorpresa, de gratificación, de tensión resuelta). - Procesamiento inconsciente y priming emocional
Muchas reacciones se activan antes de que la consciencia entre en juego. Por ejemplo, una imagen evocadora, un color, un sonido o una metáfora visual pueden disparar un sentimiento, predisponiendo al consumidor incluso antes de leer el texto racional. En este sentido, el neuromarketing estudia —usando herramientas como el seguimiento ocular— cómo reacciona el cerebro ante estímulos concretos. - Reforzamiento y dopamina
Las recompensas emocionales, incluso simbólicas (elogios, reconocimiento, gratitud) activan circuitos de recompensa cerebral (neuronas dopaminérgicas). Estas recompensas pueden aparecer en forma de feedback inmediato, de comunidad, de estatus o de gratificación anticipada. - Importancia del contexto y la congruencia
El cerebro “pone en contexto” todo lo que percibe: Si un mensaje emocional no concuerda con el entorno, con la marca o con la experiencia general, puede generar disonancia, es decir, desconfianza o rechazo.
La neurociencia aplicada al marketing no da fórmulas infalibles, pero ofrece un lente más profundo para diseñar mensajes, experiencias y recorridos de contacto que activen emociones estratégicas. Cuando alineas los principios cerebrales con la estrategia, tienes más posibilidades de que el marketing emocional funcione (y no se quede en un “bello discurso”).
La creación de experiencias de marketing
Crear una experiencia de marketing emocional significa diseñar un recorrido de contacto con la marca que movilice emociones en cada punto clave. No basta con un anuncio emocional aislado: tienes que orquestar múltiples puntos de interacción (web, redes, envío de emails, video, packaging, eventos, alertas, etc.).
Algunos elementos fundamentales en la creación de experiencias emocionales:
- Mapa del “viaje emocional” del cliente: Identificar puntos de fricción, puntos de máximo potencial (donde es más fácil generar emoción) y momentos de abandono posibles.
- Narrativa integrada: Que el relato tenga coherencia de principio a fin, con arcos emocionales claros (conflicto, clímax, resolución).
- Elementos sensoriales: No solo lo que se ve o se lee, sino lo que se oye, lo que se toca, lo que se siente (texturas, formatos físicos, presentaciones).
- Personalización y relevancia emocional: Adaptar mensajes a segmentos emocionales —los diferentes perfiles emocionales del público meta—, para que cada quien sienta que la historia “es para mí”.
- Participación activa: Más que un mensaje que se recibe pasivamente, incluir al público en la construcción de la experiencia (encuestas, co-creación, feedback, dinámica social).
- Escalabilidad emocional: Prever cómo la emoción inicial puede mantenerse, reforzarse o ampliarse a lo largo del tiempo, incluso tras la compra o el compromiso.
La experiencia no necesariamente tiene que ser perfecta: muchas veces, las marcas introducen micro-fricciones (pequeños retos, sorpresas, pausas) para generar contraste emocional que realza el valor del momento positivo.
Tres fases de la experiencia: Anticipación, vivencia y recuerdo
Para gestionar mejor la experiencia emocional, ayuda dividirla en tres fases temporales: Anticipación, vivencia y recuerdo. En cada fase hay oportunidades distintas para influir en emociones y percepciones.
1. Anticipación
La anticipación es el momento previo al evento/compra/experiencia. Aquí ya se pueden generar expectativas, ilusión, tensión, deseo. Un “teaser”, unas pistas evocadoras, una cuenta regresiva, mensajes de comunidad o avances pueden preparar emocionalmente al público y predisponerlo positivamente.
Ejemplos de tácticas en esta fase:
- Envío de avances exclusivos: “lo que viene”, “próximamente”.
- Previews visuales o fragmentos parciales.
- Generación de misterio o intriga (sin revelar todo).
- Involucramiento temprano de la comunidad (feedback, votaciones, adelantos).
La anticipación bien gestionada puede amplificar la emoción de la experiencia real.
2. Vivencia (la experiencia en sí)
Esta es la fase central: Donde sucede la interacción real entre el usuario (o cliente) y la marca/producto/servicio. Aquí hay que cuidar:
- El diseño del momento: Cómo se presenta la experiencia, los estímulos emocionales que acompañan (visual, auditivo, kinestésico).
- El flujo emocional: Subir y bajar la tensión para que haya momentos de clímax, de alivio, de asombro.
- La fluidez y el soporte: Minimizar frustraciones, interrupciones, fallas técnicas.
- La interacción social (si aplica): Feedback en vivo, reconocimiento, participación.
- Microrecompensas: Pequeños gestos durante la vivencia que refuercen satisfacción.
3. Recuerdo
La fase de recuerdo es clave: Lo que perdure en la memoria del cliente. Una experiencia emocional buena puede diluirse si no hay un refuerzo posterior.
Algunas tácticas para fortalecer el recuerdo:
- El momento final: Asegurarte de que el cierre de la experiencia deje una buena “nota alta” (recordamos más lo más intenso y el final).
- Mensajes de seguimiento emocional: Agradecer, compartir testimonios, revivir momentos clave.
- Contenido post-experiencia: Recopilatorios, resúmenes, “lo mejor del evento”, fotos/emociones compartidas.
- Solicitar feedback emocional: Hacer partícipe al cliente de cómo vivió la experiencia.
- Mantener conexiones emocionales: Newsletters con contenido emocional, comunidad, accesos exclusivos.
Si solo cuidas la vivencia pero no anticipación ni recuerdo, se corre el riesgo de que la experiencia se diluya o que el cliente no la valore lo suficiente.
Sentimientos, pensamientos, actuaciones y relaciones
Para que el marketing emocional sea verdaderamente integral, conviene analizar cómo impacta en cuatro dimensiones: sentimientos, pensamientos, actuaciones (acciones) y relaciones. Esta estructura ayuda a diseñar estrategias más ricas y completas.
Sentimientos
Aquí hablamos del plano puramente emocional: ¿qué siente el público? ¿qué emociones quieres provocar? Algunas comunes:
- Alegría, nostalgia, esperanza, inspiración, orgullo, sorpresa, gratitud, orgullo de pertenencia, empatía, deseo.
Para diseñar sentimientos efectivos:
- Usa metáforas, historias con personajes identificables.
- Presenta conflictos emocionales, obstáculos emocionales.
- Cuida el matiz (no exageres, para no caer en lo artificial).
- Apóyate en estímulos sensoriales (imagen, música, ambientación).
Pensamientos
El plano cognitivo: cómo interpretan esas emociones, qué significado les atribuyen, qué narrativas construyen mentalmente. Las emociones sin un marco interpretativo pueden quedarse como “sensaciones vacías”.
Para influir en el pensamiento:
- Acompaña la emoción con una narrativa clara (“¿por qué hago esto?”, “¿qué representa esto?”).
- Introduce preguntas que lleven al público a reflexionar y conectar (por ejemplo, “¿qué pasaría si…?”, “¿te imaginas…?”).
- Usa metáforas que simplifiquen ideas complejas.
- Genera coherencia narrativa entre los contenidos emocionales y los argumentos racionales (beneficios, valores).
Actuaciones
Este es el plano de la acción concreta: la compra, la inscripción, el click, el voto, el aporte, la recomendación. Las emociones deben movilizar al público a actuar, no quedarse en un suave sentirse bien.
Para conectar con actuación:
- Crear una llamada a la acción cargada de emoción (“únete a esta historia”, “sé parte del cambio”).
- Aplicar urgencia emocional o escasez emocional (por ejemplo, ofrecer recompensas limitadas con carga simbólica).
- Minimizar fricciones técnicas (formularios simples, pagos claros, experiencia de usuario fluida).
- Generar compromiso simbólico (firmar, compartir, recomendar), micro acciones que preparan para la acción mayor.
Relaciones
Este plano consiste en el vínculo continuo entre marca y usuario, entre comunidad y cliente. Las marcas emocionalmente exitosas no venden solo una vez, sino que cultivan relaciones duraderas.
Para fortalecer relaciones:
- Fomentar la comunidad: espacios para compartir experiencias, testimonios, conexiones entre usuarios.
- Transparencia emocional: compartir retos, detrás de cámaras, fallos y aprendizajes.
- Comunidad como co-creadora: invitar a los clientes a participar (feedback, mejoras, futuras versiones).
- Mantener emoción recurrente: pequeñas sorpresas, reconocimientos, “fan experiences”.
Cuando una estrategia toca las cuatro dimensiones (sentimientos, pensamientos, actuación y relaciones), se vuelve más profunda y resistente.
Casos de estudio de marketing emocional y crowdfunding
Algunas campañas utilizan testimonios en video reales y emotivos para generar empatía. Es el caso de Glider 001, unas zapatillas hechas en impresión 3D y a medida que está contando con testimonios de usuarios reales que han probado el producto.
Luego tenemos campañas que muestran la evolución del proyecto (paso a paso) con actualizaciones emocionales (problemas, avances, agradecimientos), para mantener el vínculo emocional vivo. Es el caso de mis clientes Clotsy, que llevan ya dos campañas de crowdfunding de recompensa y una de crowdfunding de inversión. La historia de sus fundadores y del proyecto cala hondo en los interesados en contribuir a su campaña.
Asimismo, es habitual el uso de videos narrativos emocionales en los primeros segundos para captar atención (plantear un problema humano, una aspiración emocional) y luego presentar la solución técnica. Es el caso de Kano, un ordenador que se puede construir desde cero y que tiene una historia personal que atrapa desde el inicio.
Conclusión
Los principios del marketing emocional nos enseñan que, para que una estrategia impacte de verdad, debe integrar emoción, narrativa y coherencia en cada fase del recorrido de cliente. La neurociencia nos ayuda a comprender por qué ciertas emociones funcionan mejor, cómo captar atención, cómo consolidar recuerdos y cómo diseñar estímulos que “toquen” la parte inconsciente del cerebro.
Diseñar experiencias emocionales robustas implica ocuparse de tres fases: anticipación, vivencia y recuerdo, y trabajar sobre los cuatro planos de acción (sentimientos, pensamientos, acciones y relaciones). En el contexto del crowdfunding, esas estrategias cobran especial importancia, porque le estás pidiendo confianza, inversión anticipada y compromiso en ausencia de producto tangible inmediato.
Los casos académicos muestran que factores como expresiones faciales, intensidad emocional del lenguaje, relatabilidad de la historia o la interacción activa del creador pueden marcar la diferencia en el éxito de una campaña. Pero no hay fórmulas mágicas: cada audiencia es distinta, y los experimentos, la iteración y la autenticidad siguen siendo esenciales.
Enlaces interesantes de la clase
- Neuromarketing en Wikipedia.
- Mercadotecnia experiencial en Wikipedia.
¿Qué podréis encontrar en esta clase del curso online?
En esta clase del curso podréis aprender lo siguiente.
- Qué es el marketing emocional y qué se considera una buen marketing de este tipo.
- Por qué el marketing emocional y el crowdfunding se relacionan.
- A aplicar todo lo explicado en vuestros propios proyectos.
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