Desde el pasado 6 de enero se han publicado noticias en varios medios haciéndose eco de la primera novedad del año en el mundo del crowdfunding. Kickstarter pasará a tener el corredor de pago Stripe y dejará Amazon Payments que le acompañaba desde sus inicios en 2009.
A mi juicio los únicos que han dado en el clavo de lo realmente importante de la noticia son los redactores de Crowdsourcing.org.
Os explico los motivos.
La opinión popular: es un cambio de tecnología
Empezaré por el anuncio oficial del cambio en el blog de Kickstarter. Destacan lo siguiente:
- Para creadores destacan que el cambio les permitirá que ya no tengan que configurar una cuenta Business en Amazon Payments, tardando varios días en tenerla activa, y en cambio con Stripe podrán tener la cuenta lista en sólo dos minutos.
- Para mecenas destacan la facilidad para realizar sus aportaciones, sin tener que salir fuera de Kickstarter a nivel de navegación web y todo en una única pantalla con una muy buena usabilidad.
Como es lógico tras este anuncio la mayoría de webs de noticias han centrado el eje de sus artículos en el trasfondo tecnológico como motivo del cambio:
- Wired destaca que Stripe le está ganando la partida a Amazon por su buena aplicación de pagos móviles.
- Techcrunch destaca que Kickstarter ha llegado a tramitar 1,2 billones de dólares en aportaciones vía Amazon Payments.
- Genbeta destaca que la tecnología de Stripe la usarán Twitter, Facebook o Apple pay, además de Kickstarter.
- ¿Y qué destaca Crowdsourcing.org haciéndoles (en mi opinión) dar en el clavo?
La (muy posible) verdadera clave: es un cambio estratégico
Lo que destaca Crowdsourcing.org es que Kickstarter ha tenido siempre UN único y principal problema con Amazon Payments y es algo que ya dijeron ellos mismos en su blog en 2009.
Si, lo habéis leído, Amazon Payments sólo opera con residentes en los Estados Unidos o, en su defecto, con personas que tengan una cuenta bancaria en dicho país. Eso había obligado a Kickstarter a realizar alianzas con diversos proveedores de tecnología de pago en su expansión internacional a Inglaterra, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Holanda, Irlanda, Suecia, Dinamarca, y Noruega.
En total Kickstarter opera en 10 países y tener que trabajar con diferentes proveedores de tecnología de pago en función del país no es algo cómodo ni escalable. En cambio, como destacan en Crowdsourcing.org, Stripe ya opera en 18 países (entre ellos España). Algo que, muy probablemente, es la verdadera clave del cambio de proveedor tecnológico para las aportaciones del gigante del crowdfunding.
¿Puede hacernos eso esperar que Kickstarter llegue a España y a muchos otros países en breve? En mi opinión así es, podemos prepararnos para una rápida expansión internacional del líder mundial del crowdfunding de recompensa.
Imagen de Better Left Unsaid
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