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Bienvenidos y bienvenidas a Lanza tu proyecto, el podcast donde aprendemos todo lo necesario para lanzar nuestros proyectos. Desde herramientas de marketing a diferentes estrategias de negocio.
En este episodio hablamos de lanzar proyectos con amigos. Algo que, llegará al corazón de muchas personas que ya han emprendido con amigos. Y que, sin duda, interesará a aquellos que están pensando en hacerlo. Veremos puntos a favor y en contra de lanzar proyectos con amigos, basándonos en experiencias de mis clientes, compañeros emprendedores e incluso las mías propias, que ya son unas cuantas (uno ya peina canas, aunque tenga pocas). Sin más, vamos a por ello, empezando por una anécdota personal que espero que no os deje indiferentes.
He lanzado proyectos con amigos en varias ocasiones, siempre ha habido cosas positivas y cosas negativas de esos viajes que he emprendido. Pero, ante todo, si tengo que destacar algo es que lanzar proyectos con amigos es un riesgo. Puedes asumirlo o no hacerlo, pero no puedes dejar de considerarlo al empezar a emprender con alguien a quien le tienes estima. Hace falta tener la mente muy fría cuando las cosas no están yendo bien y tienes delante tuyo a un socio que, además, tiene una amistad contigo desde antes de lanzar tu proyecto. Y de eso vamos a hablar hoy, os iré explicando anécdotas personales a medida que avanzamos en el episodio de hoy.
El camino rápido no siempre es el mejor
Es un clásico, empiezas a emprender y te sientes más solo que la una, pero un amigo se acerca a tu proyecto y te propone sumarse al equipo o invertir dinero en el mismo. Parece que todo va a ser rápido y así será, porque siempre es más rápido pactar ese tipo de acuerdos con alguien a quien conoces y con quien te une una amistad. Pero, como sabemos los frikis de Star Wars, el lado oscuro es el camino rápido, pero no el mejor.
Y ahí es donde empieza la seducción del emprender con amigos, todo parece más ágil y fácil. Incluso en ocasiones la única forma que tienes de ir acompañado en tu proyecto es con amigos, porque ellos confían en tí independientemente del proyecto que estés liderando. Pero eso, lejos de ser una ventaja, puede ser un gran inconveniente. Ya que, como todo el mundo con la suficiente experiencia sabe, en el camino de emprender un proyecto hay subidas y bajadas.
Precisamente es en esas bajadas en las que puede verse afectada una relación de amistad. Ese sería ya un motivo lo suficientemente importante como para tomar con prudencia el hecho de lanzar proyectos con amigos. Pero también debemos ser justos y explorar las ventajas de emprender con amigos, que también las hay. Especialmente si sabemos seleccionar bien a los amigos con quienes vayamos a emprender. Algo que no siempre es fácil debido a que, en ocasiones, se nos acercan amigos que no son los más adecuados para lanzar un proyecto.
La compatibilidad ante todo
Si tenemos que destacar un aspecto clave para lanzar proyectos con amigos deberíamos hablar de compatibilidad. El hecho de que una persona sea tu amiga no significa que puedas lanzar un proyecto con ella. Lo primero que debemos buscar es la compatibilidad, de poco sirve tener una persona que sea tu socia si va a hacer exactamente lo mismo que tú. Debe haber una complementariedad en la figura de nuestro socio o socia. Por ejemplo, si somos expertos en marketing o dirección de proyectos, necesitaríamos un socio o socia con un perfil más técnico.
Es lo que ocurrió con mi primer proyecto emprendedor, Sinotec, una empresa de creación de webs que hicimos durante nuestros primeros años en la carrera. Unos se dedicaron a diseñar, otros a la parte comercial y otros iban dirigiendo el proyecto. Éramos un equipo de cinco personas en total. Al montar la plataforma de crowdfunding Projeggt, como ya os conté, mi primer socio se ocupó de la parte técnica de la plataforma y yo de la parte de marketing, comercial y dirección del proyecto. En ambos casos estuve emprendiendo con amigos y buscando una compatibilidad al colaborar con ellos.
La parte buena de lanzar proyectos con amigos es que, de entrada, todo va bastante bien. Uno conoce al otro, aunque sea a título personal, y no hay prácticamente conflictos. Pero ya sabemos que cuando tenemos un proyecto entre manos siempre hay subidas y bajadas. Cuando uno de los dos socios ya no puede dedicarse tanto al proyecto, cuando debemos tomar decisiones drásticas como cambiar de dirección en el proyecto, es cuando empiezan a notarse los efectos negativos de lanzar proyectos con amigos. Si hay tensión en el ambiente, esto puede incluso empeorar si había una relación de amistad anterior al proyecto emprendedor que se esté compartiendo.
También podemos hablar de la compatibilidad de carácter. Una cosa es irse de fiesta o compartir el ocio con tus amigos, y otra muy diferente es lanzar proyectos con amigos. Por ejemplo, la capacidad de tolerancia al fracaso es algo que no suele verse en un amigo, no se puede comprobar de forma habitual.
En cambio cuando uno comparte un proyecto es muy habitual que surjan situaciones en las que la alta tolerancia al fracaso juegue un papel fundamental. Si un socio aguanta más que el otro, habrá roces. Igual pasa con la capacidad de ser productivo o de trabajar durante muchas horas seguidas. Eso no afecta cuando tienes una relación de amistad, pero sí está encima de la mesa cuando te asocias con alguien.
Por eso, volviendo al tema de la compatibilidad, deberíamos buscarla en el terreno personal y profesional. Y eso es lo complicado. En lo personal tendremos más fácil el poder valorar si un amigo es adecuado o no para ser nuestro socio. Pero en lo profesional seguramente no lo tendremos claro hasta que, quizás, sea demasiado tarde. Si nos ha salido bien la apuesta quizás sigamos como socios hasta muchos años después de haber empezado. Pero si la apuesta no ha salido bien, seguramente pondremos en riesgo nuestra amistad y no únicamente al proyecto que estamos compartiendo.
Una carrera de fondo
Sigamos con eso de la capacidad de aguante, emprender es una carrera de fondo. No se consigue el éxito en poco tiempo, eso es más que evidente en la gran mayoría de casos. La cuestión es, tus amigos podrán tener la paciencia y constancia necesarias para buscar que vuestro proyecto salga adelante. Si buscan resultados rápidos, seguramente habrán problemas cuando se den cuenta de que no llegan. Si, por ejemplo, son socios inversores de tu proyecto y buscan resultados, porque confiaban en tí, deberás enfrentarte a la realidad de tenerles que decir que tengan paciencia. Que los resultados no llegan rápido cuando uno está emprendiendo.
De hecho, me pasó algo relacionado con esta carrera de fondo cuando estaba en Projeggt. Os acabo de hablar de mi amigo socio con el que lancé la plataforma, pero no de un segundo amigo que se apuntó como socio capitalista del proyecto. Tras tres años de duro trabajo, desde el 2011 al 2014, tuvimos que cerrar una plataforma que facturaba y a la que únicamente le faltó una ronda de inversión mayor. Y, como es lógico, tuve que hablar con mi amigo del dinero que había invertido en la plataforma para explicarle que no sería posible recuperarlo y mucho menos multiplicarlo. Fue duro, pero aceptó la situación y seguimos siendo amigos.
Del mismo modo, mi primer amigo socio con el que fundé la plataforma, al cabo de los años sigue siendo mi amigo. Pero pasamos por momentos complicados porque no pudo seguir el ritmo de tres años trabajando una media de 10 a 12 horas al día en un proyecto que, al final, tuvo que cerrarse.
A esto me refiero cuando hablo de carrera de fondo. Si no sabes lo que es emprender, es mejor no asociarte con un amigo que lo quiera hacer. Y, desde el otro punto de vista, como emprendedor es mejor no asociarte con amigos que no sepan exactamente lo duro que es emprender y lo que cuesta obtener resultados a corto o medio plazo.
Lanzar proyectos con amigos, con familia o con personas que amas es algo muy complejo. Estar años empujando un proyecto no es para todos. Y los roces entre personas son habituales cuando se trabaja bajo presión durante semanas, meses o años. Por eso hay que pensar muy bien en esa carrera de fondo antes de embarcarse en la aventura de lanzar proyectos con amigos. Os lo dice alguien que lo ha hecho y ha tenido que asumir las consecuencias. Y que, por suerte, ha podido mantener las amistades de personas que antes de emprender conmigo eran amigos.
Porque aquí no estamos hablando de que un socio se convierta en un amigo, hablamos de que un amigo se convierta en socio. Que es una cosa muy diferente. Ya sabemos que el roce hace el cariño y es normal que uno empiece trabajando con alguien que no conoce para acabar compartiendo una relación de cierta amistad.
Pero eso es muy diferente de lanzar proyectos con amigos que te querían y conocían bien antes de compartir un proyecto contigo. En una amistad sin proyecto, en principio, no hay interés más allá de compartir el tiempo y las experiencias. Ese tipo de amistades pueden sufrir mucho cuando se enmarcan en un contexto de trabajo duro.
Separar no siempre es posible
Dicho todo lo anterior, uno podría pensar que es posible separar lo profesional de lo personal, incluso en situaciones extremas. Pero, ¿de verdad es algo posible? Uno puede estar hablando de trabajo durante todos los días y luego desconectar esa parte del cerebro para volver a tener una conversación como amigos que no comparten un proyecto emprendedor. Pues, en mi humilde opinión, hacer una cosa así es imposible. Los humanos mezclamos lo personal con lo profesional si estamos en el contexto de lanzar proyectos con amigos, es inevitable.
Eso sí, podemos sacar aspectos positivos de la imposibilidad de separar la vida profesional y personal cuando uno es socio de alguien. Van a haber anécdotas y experiencias compartidas para toda la vida, y eso es bonito e incluso puede fortalecer los lazos de una amistad. Yo tengo muchos recuerdos de mis proyectos compartidos con amigos. Los días diseñando webs en la universidad, las risas al final de la jornada cuando estábamos en Projeggt, o los momentos en que he estado creando contenido para YouTube con mi gran amigo Joan Boluda, por mencionar algunos ejemplos.
Por eso mismo, el hecho de que separar lo profesional de lo personal no sea posible cuando estamos asociados en un proyecto no tiene por qué ser algo negativo. Siempre que lo sepamos manejar y no dejemos que los problemas profesionales afecten a nivel personal a la relación que tenemos con nuestros socios. Algo que, vamos a dejarlo claro, es extremadamente complicado. Cuando las cosas van mal es muy complicado que eso no te afecte a nivel personal con los socios. Especialmente si dichos socios ya eran amigos tuyos antes de serlo.
Conclusiones, lanzar proyectos con amigos o no hacerlo
Entonces, ¿debemos lanzar proyectos con amigos o no? Yo os diría que depende. Ya sabéis que depende es la respuesta favorita de los buenos consultores. Y es que es la pura verdad, depende de la situación es recomendable o no lanzar proyectos con amigos. Por ejemplo, si no hay compatibilidad de funciones ya os diría que lo mejor es no lanzar proyectos con amigos. Debe ser compatible lo que hagamos a nivel profesional o la colaboración con nuestro amigo o nuestra amiga será la crónica de una muerte anunciada. Pasado este filtro deberemos hacernos otras preguntas.
Por ejemplo, si ha habido una experiencia anterior con esa persona compartiendo un trabajo conjunto, o ya le has visto emprender en algún negocio, eso puede darte pistas sobre si es adecuado o no lanzar un proyecto con esa persona. Si ya has colaborado con esa persona en un rol profesional, tendrás una mejor idea de lo positivo o no que puede ser colaborar con ella a un nivel de socios.
Yo, por ejemplo, como consultor he tenido que asesorar a algún amigo para lanzar sus proyectos. Y ahí uno se da cuenta de cómo trabaja esa persona con la que tienes una amistad. Algo que te puede dar pistas sobre si es o no compatible para trabajar contigo en un proyecto. Pero no todo el mundo es consultor para asesorar a sus amigos. Así que cada persona deberá usar sus propios recursos para estudiar la compatibilidad profesional con sus socios potenciales de cara a lanzar proyectos con amigos.
Y así llegamos al final del episodio. Pero antes de acabar me interesa saber lo que vosotros opináis de todo esto. Os animo a participar comentando el episodio del podcast o dejándome unas líneas en cualquier red social de las que uso habitualmente, que son todas, así que no tenéis excusa.
Como os acabo de decir y siempre os digo, os leo en los comentarios de YouTube y en los mensajes que me enviéis a través del formulario de mi web. Y, por supuesto, recordad que en vanacco.com (con v y dos c) encontraréis cursos y la mejor información fresca para lanzar vuestros proyectos. Nos vemos el próximo lunes a las 11:11 horas.
Saludos y ¡felices lanzamientos!
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