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Bienvenidos y bienvenidas a Lanza tu proyecto, el podcast donde aprendemos todo lo necesario para lanzar nuestros proyectos. Desde herramientas de marketing a diferentes estrategias de negocio.
En este episodio hablamos de la importancia de dejar ir en un proyecto, ya que, tanto en la vida como en los proyectos, hay momentos en que hay que dejar lastre. Es decir, hay situaciones en que, por ejemplo, una relación personal o profesional puede lastrar un proyecto y hacerlo más susceptible de hundirse en el océano del olvido. Así como también, podemos encontrarnos con casos en que dejar ir en un proyecto significa cerrar un área de negocio, dejar de vender un producto que no funciona, o dejar atrás una forma de trabajar que no lleva a ninguna parte. Vamos a ver todo ello con detalle en el episodio de hoy. Empezamos.
Emprender un proyecto —ya sea un negocio, un producto, una obra creativa o una causa personal— implica inversión de tiempo, energía, ilusión… y muchas veces emociones. Pero precisamente por eso, cuando toca avanzar, crecer o renovarse, puede ser difícil ver con claridad. Saber “dejar ir” es una habilidad estratégica: igual que en la vida personal aprendemos a soltar lo que no nos suma, en los proyectos debemos reconocer cuándo algo se ha convertido en lastre.

Dejar ir en un proyecto no es un fracaso: Puede ser un acto consciente de cuidado, de foco o de sabiduría. Significa cerrar lo que ya no aporta, para liberar espacio —mental, emocional, económico— para nuevas posibilidades.
En este artículo exploraremos por qué es importante, en qué momentos conviene aplicar ese “soltar”, y qué claves pueden ayudarnos a hacerlo de forma consciente. También veremos ejemplos reales (incluso del mundo del crowdfunding) para ilustrar sus riesgos y aprendizajes.
¿Por qué es importante saber dejar ir en un proyecto?
Evita el drenaje de recursos: Cuando seguimos invirtiendo en algo que no funciona —sea tiempo, dinero o energía—, es probable que sigamos hundiéndonos. A veces perseveramos por orgullo o apego, aunque las señales digan “alto”. Dejar ir puede evitar quiebras emocionales o económicas.
Permite priorizar lo esencial: Los recursos son limitados. Seguir aferrado a lo que no da frutos suele impedir dedicar esos recursos a lo que realmente tiene potencial.
Fomenta aprendizaje y validación temprana: En el mundo del emprendimiento muchas veces funciona mejor la lógica de “testear rápido” y desechar lo que no funciona pronto, para poder pivotar o cambiar de rumbo.
Reduce la carga emocional y mental: Mantener un proyecto “zombie” (es decir, que sobrevive sin crecer, sin motivación, sin resultados) puede generar frustración, culpabilidad o agotamiento. Saber dejar ir es también un acto de autocuidado.
¿Cuándo conviene dejar ir en un proyecto? Tres momentos
Podemos distinguir al menos tres momentos críticos en los que plantearse “soltar”: antes de lanzar, durante el desarrollo / validación, y después de un lanzamiento o fase clave.
Antes de lanzar: validar y decidir conscientemente
- Cuando la idea no tiene señales de tracción ni validación. Si después de hacer un test, encuesta, prototipo o mínima prueba, la idea no despierta interés real —y no hay indicios de que vaya a cambiar con esfuerzo extra—, puede ser momento de reconsiderar.
- Si los riesgos superan a los beneficios esperados. Antes de invertir de lleno, conviene hacer una reflexión honesta sobre lo que implicaría seguir adelante: recursos, energía, impacto personal. Si “lo que puedo ganar” no supera lo que debo poner, quizá no valga la pena.
- Si no hay claridad sobre la propuesta de valor o quién es tu audiencia. Lanzar sin un “por qué” claro ni a quién está destinado suele acabar en fracaso —y con mucho desgaste.
Este enfoque coincide con lo que proponen metodologías modernas de emprendimiento: lanzar versiones mínimas, testear hipótesis, “fallar barato” si no hay señales de ajuste producto-mercado.
Durante el desarrollo / ejecución: monitorear y decidir con criterio
Una vez arrancado, hay que saber mantener los ojos abiertos. Algunas señales de que conviene parar o pivotar para dejar ir en un proyecto.
- Las métricas clave (usuarios, ingresos, engagement…) no mejoran tras varias iteraciones.
- El coste de adquisición de clientes o recursos supera los beneficios reales, sin visos de mejora.
- El equipo, la motivación o el compromiso interno se desmoronan. Si quienes deberían tirarlo adelante ya no creen, probablemente ya no haya un “motor real”.
- Has probado cambios, mejoras, pivotes —pero el “núcleo duro” del problema sigue sin resolverse. A veces, no hay forma de “arreglar lo irreparable”.
En estos casos, insistir puede sólo prolongar el dolor y acumular pérdidas.
Tras un lanzamiento (o un hito importante): evaluar con honestidad
Después de lanzar o meter recursos significativos en un proyecto, es normal aferrarse —por orgullo, esperanza, o por el esfuerzo ya invertido. Pero aquí reside uno de los riesgos más grandes: la “falacia del coste hundido” (sunk-cost fallacy), que nos empuja a seguir invirtiendo “porque ya invertimos tanto”.
Tomar decisiones de continuación o cierre en frío, con base en datos y reflexiones, permite evitar seguir un camino que ya no tiene sentido. Esa valentía de “soltar” puede liberar espacio para algo más viable.
Cómo dejar ir en un proyecto de forma consciente
Aquí tienes unas claves para aplicar el “arte de soltar” con claridad, sin culpa, y con criterio.
1. Define criterios claros de corte (kill criteria)
Antes de lanzar o cuando estés en una fase temprana, establece indicadores objetivos que, de no cumplirse en un plazo razonable, te harán decidir cerrar o pivotar. Por ejemplo: número mínimo de usuarios, ingresos, retención, feedback, prototipos funcionales, etc. Esta práctica ayuda a evitar decisiones guiadas por la emoción.
Una frase que se usa en este contexto: si el “valor esperado” (upside) ya no compensa el coste —tiempo, dinero, salud — es momento de soltar.
2. Prioriza el “testeo barato + iteración rápida” antes de escalar
Adaptando el principio de Fail fast: mejor hacer prototipos mínimos, validar hipótesis, medir resultados, aprender —y sólo entonces escalar. Si la hipótesis falla, cortar pronto. Esto reduce riesgos de desgaste y permite pivotes tempranos.
3. Haz revisiones periódicas (números, equipo, motivación)
No esperes “el final” para evaluar. Programa revisiones cada cierto tiempo (mensual, trimestral…) para analizar si las métricas clave mejoran, si hay energía real, si el mercado responde. Si en varias revisiones no hay señales de mejora: reconsidera.
4. Mantén la mente abierta al cambio: pivotar, redefinir, o cerrar con dignidad
Dejar ir no significa necesariamente abandonar todo: a veces puede significar pivotar —cambiar el enfoque, redefinir el producto, modificar el mercado objetivo—. Otras, significa cerrar ese proyecto para liberar recursos para otro. Tener esa flexibilidad mental es un signo de madurez como emprendedor.
5. Cuida tu salud emocional y mental; delega cuando puedas
A veces, el apego al proyecto viene por razones emocionales. Pero si el proyecto ya no nutre tu motivación, o te está consumiendo, es momento de priorizar tu bienestar. Además, si eres parte de un equipo, hablarlo con los otros puede ayudar a tomar decisiones más lúcidas.
Ejemplos reales: cuando “dejar ir” era lo que había que hacer
Para ilustrar lo que decimos, veamos un caso paradigmático del mundo del crowdfunding:
Kickstarter ha visto muchos éxitos, pero también fracasos —y fracasos dramáticos. Uno de los más conocidos es Skarp Technologies con su “laser razor” (maquinilla de afeitar con láser). La campaña recaudó más de 4 millones de dólares.
Sin embargo, la plataforma canceló la campaña: aunque hubo un video, el prototipo presentado no cumplía los requisitos mínimos —no demostraba un funcionamiento real y fiable.
Tras la cancelación, la empresa se trasladó a otra plataforma de crowdfunding. Pero los problemas no terminaron: con el tiempo, Skarp nunca logró fabricar ni entregar el producto como se había prometido. En 2023 la empresa declaró bancarrota.
Este caso muestra algo muy importante: no basta con la ilusión, ni con la recaudación inicial. Si el producto central nunca fue viable, persistir sólo prolongó una promesa incumplida —y un coste de reputación, dinero, tiempo y decepción. En ese contexto, “dejar ir” (es decir, aceptar que la idea no funcionaba y parar) habría sido —al menos a posteriori— la decisión más sabia.
Ese tipo de ejemplos sirve como advertencia para quienes lanzan proyectos: hay ideas que, incluso con buena aceptacion inicial, no pasan el filtro de la realidad. Y aferrarse puede ser peor que soltar.
Aplicaciones prácticas si vas a lanzar un proyecto
Si tú estás en fase de lanzar —como podría ser un crowdfunding, un producto nuevo, o una idea de negocio— estas recomendaciones pueden servirte de guía para aplicar el principio de “dejar ir” de forma estratégica:
- Haz un plan con hipótesis claras sobre lo que esperas —mercado, demanda, recursos—, y criterios de éxito desde el principio.
- Testea lo mínimo viable lo antes posible: prototipo, landing page, feedback, encuesta, etc., para validar que existe un mercado real.
- Usa métricas objetivas: datos sobre interés, conversión, costes, engagement, rentabilidad… Déjalos guiar más que tu deseo o ilusión.
- Programa revisiones periódicas y honestas: analiza si estás avanzando o solo repitiendo ciclos sin progreso.
- Prepárate mentalmente para pivotar o cerrar: considera que el “fracaso consciente” es un aprendizaje, no un fracaso personal.
Así reduces riesgos, proteges tu bienestar y mantienes la agilidad mental necesaria para aprovechar nuevas oportunidades.
Conclusión: Dejar ir en un proyecto no es rendirse
Dejar ir en un proyecto no es rendirse. Es elegir con conciencia. Es poner en valor tu tiempo, tu energía, tus recursos —y saber que lo más valioso no siempre es lo que ya empezaste, sino lo que realmente te lleva adelante.
A veces, la valentía no está en seguir luchando, sino en saber cuándo soltar. Y en el mundo del emprendimiento, soltar a tiempo puede ser la puerta a algo mejor.
Y así llegamos al final del episodio. Pero antes de acabar me interesa saber lo que vosotros opináis de todo esto. Os animo a participar comentando el episodio del podcast o dejándome unas líneas en cualquier red social de las que uso habitualmente, que son todas, así que no tenéis excusa.
Como os acabo de decir y siempre os digo, os leo en los comentarios de YouTube y en los mensajes que me enviéis a través del formulario de mi web. Y, por supuesto, recordad que en vanacco.com (con v y dos c) encontraréis cursos y la mejor información fresca para lanzar vuestros proyectos. Nos vemos el próximo lunes a las 11:11 horas.
Saludos y ¡felices lanzamientos!
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