¿Creéis que en el crowdfunding pueden haber segundas partes buenas? Hoy vamos a descubrir juntos tres casos en el que vamos a demostrar que es posible. Más allá de Terminator 2 y de Aliens (la secuela de Alien, el octavo pasajero) veréis que en el crowdfunding también puede haber buenas segundas partes, como en el séptimo arte.
Es más, veremos que cuando un creador trabaja una campaña de crowdfunding por segunda vez lo hace mejor que la primera.
Primer ejemplo: Jamstik
Los que me escuchan en el podcast sobre crowdfunding Mecenas FM, ya sabrán que en el último capítulo hablamos de la campaña de Jamstik+ The Smart Guitar una campaña aún activa que ahora explicaré, pero antes hay que hablar de la primera campaña de Jamstik realizada casi dos años antes en Indiegogo.
Jamstik es básicamente un instrumento que permite tocar la guitarra creando música digital con dispositivos como un iPad. Es como un trozo del mástil de una guitarra eléctrica y se conecta con cualquier dispositivo mediante una App.
En la primera campaña para financiar la fabricación del instrumento se recaudaron más de 178.000 dólares de un objetivo de 100.000, gracias a la aportación de 841 personas. Se realizaron casi 3.000 acciones de compartir la campaña.
En la segunda campaña realizada en esta ocasión en Kickstarter, se presenta Jamstik+ una forma diferente de aprender a tocar la guitarra con Jamstik y un software de aprendizaje. La campaña lleva 13 días y ya ha recaudado más de 348.000 dólares de un objetivo de 50.000 dólares. En su análisis en Kicktraq podemos ver cómo se consiguió el 100% en menos de 24 horas, consiguiendo el efecto BIG-BANG consistente en combinar las reglas 30-90-100 y la del poder del 100.
Comparando las dos campañas
La segunda tiene un objetivo de recaudación de 50.000 dólares y la primera de 100.000 dólares, eso demuestra que la regla del objetivo y la duración ha sido tomada en cuenta con mayor prudencia y mejor control de costes en la segunda campaña. Consecuentemente el resultado ha sido una mayor rapidez en conseguir los objetivos y el efecto BIG-BANG.
Segundo ejemplo: The Coolest Cooler
Aunque ya hablé de este caso en un artículo anterior, este ejemplo no podía faltar en el análisis de la temática que nos ocupa. La nevera inteligente The Coolest representa uno de los casos más notables de fracasos que se convierten en éxitos en el segundo intento. Básicamente The Coolest es una nevera que ofrece utilidades extra como un cargador USB o una batería para cargar dispositivos electrónicos.
En la primera campaña se recaudaron poco más de 100.000 dólares de un objetivo de 125.000 y la campaña no consiguió su objetivo. Tuvo 279 mecenas y 11 comentarios en la campaña.
En cambio en la segunda campaña con un objetivo de 50.000 dólares como podemos ver en Kicktraq se recaudaron más de 13 millones de dólares, siendo esta campaña hasta hace poco la de mayor recaudación en Kickstarter. Recibieron más de 62.500 precompras de sus mecenas y más de 6.450 comentarios en la campaña.
Comparando las dos campañas
Destaco la diferencia en notoriedad, 11 comentarios versus más de 6.450 y 279 mecenas versus más de 62.500, conseguida sobretodo por una mejor comunicación y un efecto bola de nieve. Dicho efecto bola de nieve fue conseguido por la rápida consecución de su objetivo de recaudación que hizo que se les presentase como la campaña que iba a romper todos los récords de recaudación.
Otro dato importante por el que la segunda campaña tuvo mucha más notoriedad que la primera es que en la primera se realizó la comunicación y la campaña en diciembre y no es el mejor mes para hablarle a la gente de neveras, ideales para ir a la playa o de camping en verano. En cambio en la segunda campaña se eligió el mes de julio para realizarla y comunicarla.
Tercer ejemplo: Pebble
El tercer ejemplo me encanta y quiero compartirlo con vosotros porque estoy seguro de que os parecerá muy inspirador. ¿Creéis que se puede lanzar una campaña de crowdfunding pudiendo producir el objeto financiado sin la ayuda de la campaña? En Pebble nos han demostrado que sí.
Pebble es ya un caso emblema del crowdfunding, conseguir en 2012 más de 10 millones de dólares de más de 68.900 mecenas que financiaron y precompraron este reloj inteligente fue una auténtica proeza. La primera campaña de Pebble, además, consiguió más de 15.600 comentarios.
Casi 3 años más tarde y tras 15 millones de inversión y 1 millón de relojes vendidos, Pebble ha lanzado su nuevo reloj Pebble Time a través de crowdfunding y ha vuelto a ser récord de recaudación superando los 20 millones de dólares con el apoyo de más de 78.400 mecenas. Esta segunda campaña del equipo de Pebble ha tenido más de 13.200 comentarios y ha tenido una notoriedad mucho mayor que la primera.
Comparando las dos campañas
El tamaño de la comunidad de Pebble es mucho mayor ahora que en el 2012, y eso es de pura lógica pero también es lo que les ha permitido conseguir una notoriedad mayor y un éxito con el doble de recaudación en su segunda campaña. Como ya apunté en mi artículo sobre la campaña de Pebble Time, hubieron 11.000 acciones de compartir la campaña en sus primeras horas, un artículo en Medium y un Trending Topic mundial.
Está claro que la campaña de Pebble Time fue un éxito de marketing y comunicación aparte del éxito de recaudación que supuso para Pebble. Sin necesitar la financiación es cuando el crowdfunding saca sus mayores beneficios a relucir, los beneficios relacionados con la creación colectiva de algo, con darle a las personas la posibilidad de decidir lo que quieren consumir, lo que quieren impulsar y las ideas que desean que salgan adelante.
Imagen de Leo Reynolds
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