Kickstarter abrió sus puertas el 28 de abril del 2009, casi seis años más tarde se han recaudado un billón y medio de dólares para más de 75.000 proyectos. Pero ¿qué hay de las primeras campañas que se subieron a la plataforma?
Hoy voy a analizar dos de las primeras campañas publicadas en Kickstarter, curiosamente de uno de sus co-fundadores, Perry Chen.
Primera campaña: Camisetas de Grace Jones
Lo primero que llama la atención de esta campaña es que no se financió con éxito, es muy curioso que uno de los cofundadores de la plataforma líder de crowdfunding del mundo empezase su andadura en este mundo con un fracaso.
O mejor dicho un “fracaso” como me gusta decir a mi, el crowdfunding siempre aporta más cosas buenas que malas a los creadores que lo usan, y la mejor muestra es que Perry Chen empezó con una campaña que no se financió y al cabo de los años la plataforma que creó ha financiado los proyectos de más de 75.000 creadores.
El objeto de la campaña
La primera campaña de Perry pretendía producir camisetas con la imagen de Grace Jones. Si llegaba a su objetivo de 1.000 dólares iba a producir 100 camisetas, entregando a domicilio o personalmente las camisetas a sus mecenas.
Recompensas
La campaña tenía 100 recompensas limitadas, siguiendo la regla del poder de lo gratis, de 20 dólares de valor. Consiguió motivar a 30 mecenas con lo que los 25 dólares restantes que consiguió la campaña, llegando a un total de 625 dólares, tuvieron que ser aportaciones sin recompensa asociada.
La campaña estaba preparada para llegar al 200%, recaudando 2.000 dólares con las 100 recompensas limitadas de 20 dólares de valor unitario.
El resultado de la campaña
Un 62,5% del objetivo, recaudando 625 dólares del total de 1.000 dólares necesario para conseguir sacar adelante el proyecto. Uno podría preguntarse por qué Perry no puso un objetivo más bajo siguiendo la regla del objetivo y la duración, o quizás si el motivo de su “fracaso” fue no estimar bien las visitas que iba a necesitar para alcanzar los 1.000 dólares tal y como indica la regla 1-3.
En cualquier caso la experiencia de Perry seguro que le sirvió a él y al equipo de Kickstarter para mejorar las indicaciones a los creadores que fueron sumándose a su comunidad hasta el día de hoy.
Segunda campaña: Chateando a 35.000 pies de altura
La idea de Perry en esta ocasión era muy original, en el vuelo de regreso de uno de sus viajes de Brooklyn a San Francisco tenía 15 minutos disponibles para chatear a 35.000 pies de altura, pero la tarifa para hacerlo costaba 12 dólares.
El objeto de la campaña
Está claro, recaudar los 12 dólares y chatear hasta con 3 personas a las que les ofrecía la posibilidad de aportar 3 dólares cada una para tal fin. Es curioso que Perry limitase la recompensa con opción a chatear a un máximo de 3 unidades, lo justifica en la campaña diciendo que sólo tendrá 15 minutos para chatear y quiere dedicar suficiente atención a cada mecenas.
Recompensas
La estructura es simple, con 3 mecenas en el tramo de 3 dólares se conseguían 9 dólares ¿y el resto? pues había una divertida recompensa de 1 dólar en la que Perry se comprometía a invitar aleatoriamente a pasajeros del avión a bebidas, siempre que el presupuesto total excediese los 12 dólares.
El resultado de la campaña
A pesar de la “autolimitación” a 9 dólares recaudados con el chat, hecho que limitaba la capacidad de recaudación de la campaña por debajo del 100% que necesitaba para tener éxito, la campaña llegó al 158% de su objetivo consiguiendo 19 dólares en total.
Al final en el tramo de chat sólo aportaron 2 mecenas y otros 4 lo hicieron en el tramo de 1 dólar ¿os descuadran los números? A mi también, la única explicación es que el resto se aportase con aportaciones sin esperar recompensa a cambio, algo que puede hacerse en Kickstarter.
Conclusiones
En ambas campañas es indudable que Perry Chen pudo aprender mucho sobre cómo se construían campañas exitosas de crowdfunding.
En la primera seguramente descubrió que es mejor fijar un objetivo de mínimos cuando no tienes un coste fijo que te lo impida, si se pueden hacer camisetas partiendo de 500 dólares de presupuesto ¿por qué pedir 1.000?
En la segunda muy probablemente Perry se dio cuenta de que poner un objetivo ampliado (o stretch goal en inglés) es algo inteligente cuando se diseña una campaña. Los mecenas vieron divertido el hecho de invitar aleatoriamente a bebidas a otros pasajeros del vuelo y no sólo al hecho de poder chatear con Perry Chen. Al final el crowdfunding funciona mejor cuánto más colectiva es la experiencia de creación alrededor de una campaña.
Imagen de Jason Hargrove
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